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Atrapada
Y cuando la ladrona disfrazada abrió la puerta, chocó inmediatamente con el duro pecho de unos cuantos agentes. “Ahora es el momento de nuestra gran limpieza”, oyó decir Pedro a uno de los agentes, medio riéndose. La mujer fue detenida en el acto y pasaría los siguientes años entre rejas. Las joyas fueron devueltas al museo. ¿Y Pedro?
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