Distracción
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¡Así que ésa era la señal! Don y Keving corrieron rápidamente hacia el submarino, con sus pasos cubiertos por el fuerte ruido de la alarma de los coches. Mientras la atención de los guardias seguía centrada en los coches, el dúo subió rápidamente la escalerilla y llegó a la escotilla en cuestión de segundos. Se quedaron exactamente en la misma posición que aquel día, sólo que esta vez iban a entrar de verdad. Pero, ¿dónde estaba Carl?
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