Volviendo a toda prisa
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Carl tomó la iniciativa y ordenó a Kevin y Don que le acompañaran. Subieron al coche y condujeron hacia el submarino mientras Carl hacía varias llamadas. Minutos después, unos helicópteros sobrevolaron el lugar y unos todoterrenos pasaron a toda prisa. “Ésos son los del FBI de verdad. Conducid más deprisa”, exclamó Carl. Llegaron al submarino y lo vieron plagado de agentes. Parecía que los guardias de la organización estaban dentro del submarino.
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