Hacer sitio
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Tan repentinos como empezaron el alboroto y los gritos, tan repentinos que se detuvieron y dejaron paso a los jadeos. “Hagan sitio. Dejadnos sitio”, gritó una voz entre la multitud. Una voz que Dwayne reconoció. Lentamente, la multitud se hizo a un lado y el círculo de gente se abrió para que Dwayne pudiera ver lo que ocurría.
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